lunes, 18 de marzo de 2013

Los 50 de Páez


Roberto Loayza Cárdenas


Nació en el 63, con Kennedy a la cabeza, una melodía en la nariz, el aire estaba raro y mediaba marzo, 13 para ser más exacto. Mamá Margarita era una habilidosa concertista de piano y papá Rodolfo un empleado público.
Debo admitir que contar lo que este hombre significó en mi llegada a la “adultez”, entre 300 y 400 palabras, resultaría imposible, pero puedo reseñarlo. Lo conocí tardíamente, recién cuando su “Mariposa technicolor” inundaba las radios limeñas en el ya lejano 1995. De inmediato, y en Polvos Azules, encontré ese cofre de tesoros que era “Circo Beat”, el “Sgt. Pepper’s” del rock latino que con su “Normal 1” es el homenaje perfecto a “Penny Lane”.
Luego y caminando un poco más, me encontré con el genial hueco de hippies y poetas que era, por ese entonces, el Jirón Quilcas, tan venido a menos hoy. En plena calle, estos personajes alucinantes vendían libros raros de Herman Hesse y Rimbaud, bichos disecados y cassettes de lo mejor del rock argentino.
Habrá sido que ya era fan a ultranza de Spinetta o de “bigotes” García y sus grupos, pero la obra de este flacucho de pelo largo resonó con una fuerza insospechada de álbumes tan llenos de luz como el iniciático “Del 63”, “Giros” o su trabajo en conjunto con el “flaco”: “La, La, La”; así como las sombrías y desesperadas “Ciudad de pobres corazones” y “Ey”, o las magníficas y definitivas “Tercer mundo” y “El amor después del amor”, además de todas las que salieron después de “Circo Beat”.
Cuentan que en los 80 se presentó en un festival de Ancón, precediendo a los queridos Shapis, y fue recibido con tomates y lechugas por los seguidores de “Chapulín, el dulce” y compañía, pero luego de eso todo fue cariño y colaboración entre Perú y el rosarino, hasta tiene dos temas “criollos”: “Detrás del muro de los lamentos” y “Tu sonrisa inolvidable”, en colaboración con el genial guitarrista peruano Lucho González, e incluso, llevado por su hiperactividad, toca un impresentable tema con Wendy Sullca.
Aunque algo problemático, regular cineasta y bocafloja, Fito es Fito y este Huancaíno nacido el 81 con Reagan a la cabeza, ni una melodía en la nariz, mas sí con un aire raro de fines de junio, le debe mucho. Gracias y feliz cumple.

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