martes, 16 de abril de 2013

La literatura oral en latinoamérica


Isabel Córdova Rosas


La literatura oral ha servido de base para el nacimiento de las literaturas nacionales en todos los países y continentes. En américa, ha sido la oralidad tradicional el elemento fundador del arte de la palabra. Está tan arraigada que, hasta nuestros días, los más notables escritores, desde México a la Patagonia, continúan haciendo uso de ella como referente, notablemente sincretizada con la mejor tradición del buen uso de la lengua española.
De esta sorprendente amalgama surge la obra literaria de autores que en muchos casos han recibido el Premio Nobel o distinciones como los premios Cervantes o Príncipe de Asturias. Nombres como Miguel Ángel Asturias, Pablo Neruda, César Vallejo, Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Jorge Luis Borges, Juan Rulfo, Arturo Uslar Pietri, Augusto Roa Bastos y Octavio Paz. Es decir, las más importantes plumas de latinoamérica tienen en sus obras esa maravillosa mezcla literaria de lo español y americano.
El novelista guatemalteco Miguel Ángel Asturias (1889-1974), Premio Nobel en 1967, durante su exilio en Londres tradujo al español el “Popol Vuh” que le valió para redescubrir la literatura oral del mundo Maya y lo plasma en su primer libro “Leyendas de Guatemala” (1930). Poco después escribiría “El señor Presidente”, “Hombres de maíz”, etc., con innegable raigambre oral que le permitieron convertirse en el segundo escritor hispanoamericano en conseguir el galardón de la Academia Sueca.
El gran poeta chileno Pablo Neruda (1904-1973), Premio Nobel 1971, hace algo similar en su obra “Canto general”, voluminoso libro que recrea en verso la historia del continente americano, desde la creación del mundo hasta nuestros días. Las descripciones de la flora y la fauna. Los nacimientos y desarrollos de las culturas. Así como el canto épico más bello que se ha escrito a los restos arqueológicos de Machu Picchu. Neruda volvió a lo largo de su obra poética a sus raíces americanas.
Sin duda, el autor peruano de “España aparta de mí este cáliz”, César Vallejo (1892-1938) es uno de los más grandes poetas de América y otra prueba evidente del gran sincretismo cultural. Su lenguaje coloquial, con esquemas y recursos andinos escritos con una profunda sensibilidad, otorga a su poesía valores universales inextinguibles.
El escritor colombiano Gabriel García Márquez (1928), Premio Nobel 1982, es uno de los novelistas más importantes de Hispanoamérica. Recrea el mundo caribeño a través de una mezcla de oralidad, historia relatada a nivel popular y realismo mágico. La aparente realidad de Macondo y sus generaciones de caudillos y de amores prohibidos albergan imágenes y símbolos, que representan la amalgama del indígena americano, del africano y  los de origen europeo. “Cien años de soledad”, “El amor en los tiempos de cólera” y sus otras novelas son el triunfo de la conciliación entre lo humano, cultural y lingüístico.
Juan Rulfo, escritor mexicano (1918-1985), rescata la esencia de la “mexicanidad” en el lenguaje, a través situaciones y temas. Hay un gran armonización de la religión católica con el ancestral culto a la muerte de los aztecas, del caudillismo occidental y de la rebelión indígena. La magia, la superstición, el sentido hierofánico que Rulfo otorga a sus relatos y en su única novela “Pedro Páramo”, constituyen una muestra brillante de la oralidad.
Mario Vargas Llosa, excelente escritor peruano (1936), Premio Nobel 2010, en “El hablador” consigue poner ante sus lectores el permanente fenómeno de la oralidad y el sincretismo peruano. Recrea literariamente la mitología de los machiguengas, fruto de la gran imaginería popular y sobre todo oral. En “La casa verde”, “Conversación en La Catedral” y en “El sueño del celta”, introduce también elementos orales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe tu comentario aquí.