El sorprendente Hombre Araña: aprendiendo a ser
un héroe
Jorge Jaime Valdez
Las fiestas patrias en nuestro país se
caracterizan por traer una gran cantidad de “blockbusters”, películas llenas de efectos especiales y de acción
trepidante que sólo buscan entretener a los espectadores, sobre todo a los más pequeños.
“El sorprendente Hombre Araña” está dentro de este rubro, pero, a diferencia de
las demás, es una buena cinta, veamos por qué.
En esta entrega del director Marc Webb,
vemos al personaje creado por Stan Lee como un adolescente huérfano que vive
con sus tíos y asiste a la escuela; es tímido, inseguro y poco popular, lo cual
resulta una maldición en una sociedad competitiva y feroz como la yanqui. Por
esos infortunios de la vida pierde también a su tío, que es más que un padre, y
se queda casi solo, únicamente con su tía anciana. La riqueza de la historia
está en el proceso de transformación del chico ordinario en un superhéroe. Las
mejores escenas de la cinta están en este periodo de aprendizaje. Peter Parker
siente fascinación por su nueva vida, pero también sorpresa y desencanto. Sus
temores son superados por su fuerza y habilidad física, aunque sus emociones y
su mundo interno siguen siendo contradictorios y complejos. Todo esto lo vuelve
muy humano, tiene súper poderes además de dudas y miedos como cualquier otro
joven de su edad.
El filme posee dos partes marcadas: la
intimidad del héroe y su vida pública como el Hombre Araña, el drama humano y
la película de acción. Pesa más, y eso es lo interesante, el drama, la vida
cotidiana del chico que está creciendo, y menos la acción sin sentido que tanto
entretiene pero que dice muy poco. Es deliciosa por la construcción psicológica
del personaje, esto la convierte en una cinta para jóvenes y adultos, es
probable, que los más chicos se aburran porque buscan solo al superhéroe, no al
tipo ordinario. Hace poco vimos “Los vengadores” que fue un éxito de taquilla
porque juntaba a varios héroes de la Marvel, sólo faltaba el Hombre Araña que,
por suerte, no estuvo en ese “blockbuster”
lleno de efectos especiales y de acción que no daba respiro al espectador, y
nada más, pura superficie sin nada de esencia a diferencia del filme que nos
ocupa.
Peter Parker gana mucho con sus nuevos
poderes, pero también pierde, debe sacrificar su vida de hombre común para
convertirse en un redentor, gana sorprendentes destrezas físicas, sin embargo, debe
sacrificar el amor. Su enemigo, esta vez, lo aventaja en fuerza pero “Spiderman” tiene buen corazón y eso
cuenta. Es el chico de al lado, sensible, lleno de carencias, que sufrió mucho
por la ausencia de sus padres, y también es el justiciero que busca venganza.
No es oscuro ni atormentado como el “Batman”
de Christopher Nolan, es divertido y espontáneo, ese es el tono de esta
historia. Recordemos la pelea entre el Hombre Araña y el Lagarto en la
biblioteca del colegio con el anciano que no se entera de nada pues tiene los
audífonos puestos, mientras a su alrededor todo está siendo destruido.
Andrew Garfield, a quien vimos en “Red
Social” de David Fincher, está muy bien como el héroe adolescente y no deja que
extrañemos a Tobey Maguire en absoluto. Este humano Hombre Araña es realmente sorprendente,
no se la pierdan.
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