Manuel F. Perales Munguía
Dicen los maestros Raúl Porras Barrenechea y Edgardo
Rivera Martínez que la permanencia de la capital de la antigua Gobernación de
Nueva Castilla en Jauja, habría significado una integración de los habitantes
del Ande al que sería más tarde el proyecto político de construcción de nuestro
país. Es decir, si la primera ciudad del Perú se encontrase hoy en la sierra, y
no en la costa, otras habrían sido las relaciones que tendríamos entre las
poblaciones de ambas regiones y, naturalmente, el panorama social, político y
cultural del Perú sería muy distinto. Ésta es una de las razones por las cuales
la historia de Jauja —y también de Huancayo y todo el Valle del Mantaro— es
trascendental para todos.
En esta ocasión, tenemos a nuestro alcance parte de la
historia que acabamos de señalar, la fundación de la ciudad de Jauja, esta vez
en el formato —siempre novedoso— del cómic, gracias al trabajo serio del
historiador Carlos Hurtado Ames y el arte pulcro del comunicador Marko Capcha
Solís. En las páginas de esta revista, que lleva por título “Jauja. Una historia gráfica de su fundación”,
podremos acompañar al niño Claudio (sí, el protagonista de la novela “País de Jauja” de Rivera Martínez) y su
maestra por los senderos de esta historia antigua pero vigente, para conocer
también cómo era Jauja en los tiempos del Tahuantinsuyu, por qué decidieron
irse los españoles de nuestro valle, y cuál es la relación de aquella vieja
Jauja con la actual, entre otras cosas. Sin duda, se trata de un texto de
singular valía para todos quienes amamos nuestro suelo, que llega a nuestras
manos gracias a la Municipalidad Distrital de Sausa y a José Chuquillanqui
Yamamoto.
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