Desde hace más de 50 años, Oswaldo Reynoso enciende la
literatura peruana con sus libros, su conciencia, su arte, con sus historias y su
vida en sí misma. Hoy nos presenta “En busca de la sonrisa encontrada”, un
texto del cual prefiere hablar poco para que sus lectores sean quienes lo
descubran y, si así lo desean, lo definan. A continuación una corta entrevista
con el autor.
Solo 4
¿Será todo un reto para los críticos clasificar su libro?
Sí, porque yo solamente escribo lo que siento, no soy un
escritor profesional en el sentido de plantearme esquemas para novelas, para
cuentos y luego escribirlos, yo no soy un escritor de esos. Fundamentalmente,
me considero un creador. Un creador escribe por impulsos tratando de lograr la
belleza a través de la palabra.
¿Con “En busca de la sonrisa encontrada” se ha completado
tu trilogía?
No se ha completado, creo que sigue (risas), por el
momento son tres libros, pero en realidad esta búsqueda del lenguaje poético en
la narrativa viene desde mi primer libro, “Los inocentes”. En todos los libros
que he escrito podrás encontrar un acto poético, no es simplemente el contar un
acontecimiento, sino contarlo bellamente.
Tu libro también se emparenta con “La muerte en Venecia”
de Thomas Mann, ¿estás de acuerdo?
Un escritor parte de dos fuentes: su experiencia vital y
su experiencia cultural. En lo que se refiere a mi experiencia cultural, los
autores que más me han impresionado son Thomas Mann, no solamente con “La muerte
en Venecia”, sino también con “La montaña mágica”; luego Marcel Proust con “En
busca del tiempo perdido”, y de los peruanos Arguedas, Valdelomar, y Martin
Adán; entonces, de alguna u otra forma, esos escritores consciente o
inconscientemente afloran en lo que yo escribo.
Nuevamente está por Huancayo para participar en la FELIZH…
A mí me parece que uno de los acontecimientos culturales
más importantes del Perú es la feria de Huancayo, sobre todo porque tiene
permanencia. En algunos sitios hacen estas ferias un año, pero luego al
siguiente no. En cambio, acá sí hay una persistencia.
Arguedas encontró en Huancayo esa diversidad cultural que
es lo que rescatas en tu último libro…
Sí, ese juicio fue muy acertado, y sigue siendo acertado.
Acá hay confluencia de todos los sectores andinos, y últimamente vi también que
hay una presencia de gente de la costa.
¿Usted sostiene que el verdadero paisaje del Perú está en
el rostro de sus jóvenes?
Claro, porque para mí, mi patria es el rostro de la gente
que amo. Ese es el paisaje.
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