domingo, 8 de julio de 2012

Rock peruano: antología incompleta


Roberto Loayza



Como en casi todos los países de Latinoamérica, el rock tronó en las mentes de los jóvenes peruanos luego de la irrupción del gordito Bill Haley y sus cometas con “Rock Around The Clock”. La rebelión que significó este acontecimiento en el lejano 1955 hizo nacer al “Rock Peruano”, y a pesar de que siempre hemos estado muy lejos de lo que salió de Argentina o México, hay varios nombres que deben ser recordados como parte de una cultura casi escondida, casi subterránea por obra y gracia de los “mass media”, que prefieren traer lo peor del extranjero para secarnos el cerebro, en lugar de buscar dentro del talento local.
Fueron los Millonarios del Jazz los que empezaron todo en 1957 con “Rock With Us”, que tiraba más para el lado de Haley que de Elvis. Impensable hasta hace poco escuchar esta obra germinal, ahora basta con abrir YouTube. Uno de los primeros LP nacionales sale a inicios de los 60 y tiene como gestores a Los Incas Modernos. Provenientes del Callao y con unos ritmos “beat” muy contagiosos, lo que encontramos dentro de esa tapa con un Volkswagen blanco, nos rememora a los viejos Ventures.
Sin embargo, el primer grupo que trascendió el tiempo fue Los Saicos, este cuarteto considerado uno de los gestores del punk a nivel mundial. Grabaron en 1965 el clásico “Demolición”, tema clave que aún hoy es interpretado en las herrumbrosas calles del centro de Lima, en esos recovecos que tanto nos gustan de Quilcas y alrededores.
A medio paso, entre el surf de los Beach Boys y el pimentero psicodélico de los Beatles, están Los Shains con el eterno Gerardo Manuel al frente, con quien llegaron a grabar cuatro álbumes para la discográfica Iempsa.
Complicado incluir al boom de la Nueva Ola dentro de una pequeña antología rockera, pero para evitar resentimientos podemos mencionar a Los Doltons, con su líder, el chino Ichikawa, y su versión de un tema norteamericano, el conocidísimo “El último beso”. También los instrumentales Belkings, entre muchos otros.
A pesar del adorable entusiasmo inicial, el retrogradismo de Velasco y sus secuaces prácticamente desaparecieron el rock peruano. Algunos sobrevivientes, sin embargo, lograron mantener vivo el género. Por ejemplo Pax, quienes ingresaron el Heavy Metal con su estridente “Exterminio”, o los gritos de la pobre Regan McNeil en la divertida “Exorcismo”.
Una excelente banda sale en ese entonces (fines de los 60, inicios de los 70) We All Together, que nos puso en discos compilatorios extranjeros de la época. Además, el vocalista Carlos Guerrero será recordado porque tenía un registro muy cercano al de Lennon.
En los 70 sale otro grupo imprescindible, Traffic Sound, con la voz de Manuel Sanguinetti y otros cinco pastrulos, entre ellos el vientista Jean Pierre Magnet, quienes nos pusieron al nivel de las grandes bandas de esta parte del mundo, incluso llegaron a girar en otros países, al ritmo irresistible de esa bebida con el gusano al fondo de la botella.
Los 80 tuvo un renacimiento notable en cuanto a popularidad para el rock peruano, con bandas como Frágil y su “Av. Larco”: uno de los mejores temas que haya salido de este país. Pero fueron Pocho, Cucho y Chachi, RIO (Royal International Orchestra) los que provocaron el boom radial del rock nacional, y dieron pie al surgimiento de bandas y solistas de rock ligero muy conocidas como Feiser, Dudó, JAS, el genial y camaleónico Miki Gonzáles, y hasta los inefables Julio Andrade y Beto Danelli, llegando al clímax con los “pituquitos” pero súper populares Arena Hash: cuatro muchachos de San Isidro que rompieron las radios con tan solo dos discos y canciones como “Cuando la cama me da vueltas”, “Me resfrié en Brasil” y el terrible “El rey del ah, ah, ah”.
Las radios estaban inundadas de rock nuestro: Panamericana, 1160, América, Radio 1, era la gloria para los de espíritu rockero. Pero todo eso murió con la llegada de Koko Giles, ese oscuro personaje que convirtió a la radio en lo que es ahora.
Por el lado menos comercial, pero con mayor contenido, están los legendarios Leuzemia, con ese aguilucho profeta subterráneo Daniel Valdivia, el “F”, y bandas seguidoras como Futuro Incierto, Manganzoides, G-3, entre muchos otros, además de los movimientos universitarios en épocas tan confusas y sangrientas, que llamaban a la anarquía ante la represión, ante el miedo, ante la alienación, ante la muerte. En ese grupo también encontramos a otro grande Rafo Ráez.
Los 90 nos traerían bandas de gran calidad y éxito como Nosequién y los Nosecuantos —cuando Romero solía ser divertido—, Mar de Copas, Dolores Delirio, Madre Matilda, Huelga de Hambre, y especialmente Libido y La Liga del Sueño, con temas más elaborados, y algunos rondando con la genialidad, pero también el boom solista del insoportable Pedro Suárez-Vértiz.
En los últimos años el mayor logro del rock peruano es en entrar a MTV, por ahí nos encontramos con Zen, TK e incluso Ádammo. Los tiempos cambian, no siempre para mejor, pero las piedras siguen girando, también en nuestro país.

BONUS TRACK: Algunas bandas de provincias que destacan: Trémolo de Tacna, Uchpa de Andahuaylas, Por Dinero de Arequipa, Maresantos de Chiclayo y, por supuesto, nuestros muchachos que entre tocadas en discotecas, “Festi Rocks” y similares, tratan de hacerse un lugar dentro del venido a menos, pero aún vivo, Rock Peruano.

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