José Oregón
Morales
Santiago de Chocorvos. |
Sorprendentes matices de danzas,
música y vestuarios ostenta Huancavelica, durante las celebraciones
carnavalescas de sus pueblos. Festividades íntimamente ligadas al ciclo de la
Pequeña Maduración en el calendario agrícola andino, y al periodo del “Paucar Waray”,
iniciación sexual de la juventud.
Originariamente denominados “Orqon Pukllay”,
Pukllay” y “Qatun Pukllay”, los carnavales se iniciaron por los pastores en las
cumbres, con bailes y cantos, en agradecimiento a la madre tierra, por los
dones otorgados para preservar el alimento y la vida.
“Tipaki
Tipaki” de Acraquia y Ahuaycha
No es otra cosa que el “Orqon Pukllay” (juegos en los cerros), danza frenética y
exultante. Miles de jóvenes casaderos organizados en pandillas de 20 a 40
parejas, cantando y siguiendo la melodía de la armónica o rondín, bailan
visitando las iglesias de sus pueblos: Maraykucho, Santa Rosa, Ahuaycha,
Acraquia para concluir en la Plaza Histórica.
A este recorrido obligatorio se le
denomina “chaquipureq”. Luego de estos
tres días de “TipakiTipaki” (confrontación) entre pandillas de
danzantes, se han desarrollado, domingo a domingo, inquietantes carreras de
caballos “morochucos”, haciendo delirar al pueblo, pues compiten eximios
jinetes representantes de sus comunidades campesinas.
“Qatun
Pukllay” (Juego Grande) Angareño
Ríos humanos de danzantes discurren
por la Plaza Principal del barrio de Pueblo Viejo, durante la gran entrada
tradicional del sábado 9. Es anunciado
por el “barajo” (corneta de hojalata).
Si el “Tipaki Tipaki” es frenetismo,
el Carnaval de Lircay es cadencia y profundidad. En esta manifestación folclórica,
también, se privilegia el canto quechua
masivo. La poesía popular y anónima encuentra su cauce para pregonar nuevas
creaciones en temas de amor, desarraigo de la tierra, reflexiones filosóficas,
sátira, lascivia y protesta social. Estas comparsas de hasta cien integrantes,
son acompañadas por un marco musical impresionante de 20 a 30 guitarristas, mientras
que las comunidades incluyen acordeones, quenas y violines. Lircay añade a este
gran atractivo su gastronomía en “El Festival del Puchero” y el “Concurso de la
Guinda”.
Carnavales
en Huaytará
Capital Arqueológica de Huancavelica.
Sus carnavales no podían ser más singulares y atractivos. En Capillas
sacrifican un toro negro para fortalecerse con su sangre y, durante los
concursos de danzas, canto y de vestuarios coloridos, enfrentarse varonilmente
en el “Fageo”, que consiste en tomar de la cintura al contendor y arrojarlo por
los suelos. Finalmente, acuden a las casas y comercios solicitando regalos para
adornar las “yunsas”, alrededor de las cuales cantan y bailan.
En Chocorvos se da más importancia al “Paucaray”,
reunión con el gobernador para realizar la “Huayancha”, limpieza de los canales
de agua y de los “huaycos”. Luego de cumplida la faena comunal, al son de la
quena, el bombo y el “huarajo” (cornetas de cuatro metros de alto)
confraternizan bailando alrededor de las yunsas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Escribe tu comentario aquí.