Isabel Córdova
Rosas
La estructura de “Los comentarios
reales de los incas”, de Inca
Garcilaso de la Vega, muy semejante a la de una extensa novela del siglo XVI,
lleva a pensar, de primera intención, que esta excelente crónica es un gran
relato. Algunos críticos, de la talla de Marcelino Menéndez y Pelayo, llegaron
a decir que se trataba de una de las grandes novelas jamás escritas en América,
y el gran caudal de información que contiene debió venir por los labios de los
parientes del autor que, al no saber escribir, adquirieron el oficio de
recordar.
A varios siglos de la aparición de “Los
comentarios reales”, continúa despertando gran interés en los lectores y, para
que tenga esta perdurabilidad, Inca Garcilaso se valió de excepcionales
fuentes, que fueron las razones que movieron su inspiración: la afinidad, desde
muy niño, por las narraciones orales que poblaron muchas veces su mente de
imaginación y apego por la antigua cultura de su madre; la observación personal
en los momentos más conflictivos de la conquista y por lo tanto, la posibilidad
de entregarnos un testimonio privilegiado y; las facilidades que le brindaron
los documentos de Blas Valera y otros informantes, junto a la imperiosa
necesidad de reivindicar el nombre de su padre, traído a menos en un juicio
público en el que, pese a su rango, se le tildó de colaboracionista con los
rebeldes a la autoridad virreinal.
Por la cantidad de anécdotas,
leyendas, breves incursiones míticas, cuentos históricos y hasta la
interpolación de diálogos que Inca Garcilaso adentra en el texto, se podría
inferir que es, en efecto, un extenso y extraordinario relato oral el cual, en
ordenada cronología, narra desde la aparición de los hombres en el antiguo Perú
y la antropogónica fundación del Cusco como Capital del Imperio de los Incas,
hasta las acciones del último gobernante, Atahualpa, convertido en la pieza
clave del desmoronamiento del Imperio.
Hay gran cantidad de textos orales y
míticos con los cuales se puede mostrar el grado de oralidad al que llegó el
autor para escribir esta obra, considerada como piedra angular de la
historiografía americana.
Pocos libros son tan llenos de
literatura oral como este y pocos elementos, como los mitemas, tan propios y
útiles para analizar y rastrear en los relatos tradicionales las creaciones
culturales de los pueblos.
Por el corto espacio que disponemos,
vamos a poner como ejemplo uno de los más caracterizados relatos orales míticos
en los “Comentarios reales”, como una muestra del excelente caudal que
contiene: la leyenda antropogónica sobre la pareja primordial y la fundación
del Cusco. (Manco Capac y Mama Ocllo). Ésta
es muy importante desde el punto de vista de la fijación de las narraciones orales
en los primeros momentos de la conquista, por la frescura y originalidad con
que son presentados al poco tiempo de su recopilación, y por informantes muy
calificados.
Aurelio Miro Quesada, uno de los más
serios estudiosos del cusqueño dice: «A los relatos orales se unía la
emocionada imagen de lo que él podía observar por sí mismo. Todavía hasta los
trece años de su edad, se conservaban aunque decaídas, algunas costumbres y
fiestas del Imperio: las ceremonias viriles del “huaracu”, o iniciación militar
de los jóvenes; las fiestas del “sitúa”, o de la purificación, mientras los
espectadores comían el “sancu”, y esperaban que llegara la noche para ahuyentar
a los malos espíritus con las antorchas llamadas “pancuncu” (…) los gritos del
“haylli”, que es triunfo y victoria».
Todos estos hechos fueron seguidos de
minuciosos testimonios de las personas que le habían acompañado, y que el
escritor recordará a lo largo de “Los comentarios reales” con verdadero
respeto, por quienes a través de la tradición oral fueron los verdaderos
portadores de las creaciones sociales, políticas, económicas y culturales de
los incas, de las que Garcilaso se sintió depositario.
El mismo escritor dice: «Tuve noticias
de todo lo que vamos escribiendo, porque en mis niñeces me contaban sus
historias como se cuentan las fábulas a los niños. Después en edad más crecida,
me dieron larga noticia de sus leyes y gobierno…»
Consideramos a “Los comentarios reales de los incas”, una
extraordinaria obra literaria, histórica y antropológica.
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