Bebo Rides Again (1994)
Luego de ser uno de los más grandes exponentes de la
música cubana, treinta años atrás y rescatado de su exilio por Paquito
D’Rivera, Bebo volvía a las salas de grabación junto al genial saxofonista, el
guitarrista Carlos Emilio Morales y el percusionista Amadito Valdés. La
increíble capacidad compositiva de Bebo, de 76 años, se distingue en 8 temas
inéditos, creados en apenas 36 horas. Uno de los mejores discos de jazz latino
de todos los tiempos.
Lágrimas negras (2002)
Un amante de la música cubana y la más brillante estrella
del flamenco se juntan al visionario pianista cubano para grabar, en Madrid, un
breve, pero ecléctico disco que va desde composiciones de Lolita de la Colina,
los hermanos Expósito, Jobim y Vinicius, o Miguel Matamoros, hasta sendos
homenajes a Julio Gutiérrez, María Teresa Vera, Juan Mostazo y el tándem
Cadicamo y Cobian. Un experimento que ya es considerado un clásico, donde
destacan “Lágrimas negras” y “Corazón loco”.
Juntos para siempre (2008)
Debido a que Bebo dejó a su familia para huir de la Cuba,
se forjó un resentimiento con su hijo, el también eximio pianista “Chucho”. Sin
embargo, a mediados del 2007, la reconciliación llegó, y la mejor manera de
materializarla fue grabando un disco en conjunto. A dos pianos, nos encontramos
con boleros clásicos como “Sabor a mí” o “La gloria eres tú”, el clásico del
jazz “Tea For Two” y, en especial, la conmovedora “A Chucho”. Así plasmaron el
más grande deseo de padre e hijo: estar “Juntos para siempre”.
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