viernes, 6 de enero de 2012

2011: año de buena música

Roberto Loayza Cárdenas

Haciendo un recuento de lo más destacable dentro de la escena musical de este año que termina, caemos en que fue un buen periodo para los melómanos. Aunque no tuvimos la suerte de toparnos con ninguna obra maestra, el balance es positivo. La siguiente es una lista de los más importantes —que no significa los mejores— discos en orden cronológico:
Adele inicia el año con “21”, el álbum más vendido del 2011. Febrero nos trae a PJ Harvey y su LP (long play) conceptual de guerra “Let England Shake”, aterrador e introspectivo. Radiohead sorprendió a medio mundo con “The King Of Limbs”, nadie lo esperaba y nadie presumía que den un paso atrás: este disco nos trae de vuelta a los chicos de Oxford flotando en el éter, mas sin llegar a la excelencia del magistral “Kid A”. En definitiva, no es una producción mala, pero a estas alturas, de Radiohead, ya solo se esperan obras maestras. Mejor suena Beady Eye, la banda de Liam Gallagher con su álbum debut “Different Gear, Still Speeding”; suena a Oasis, pero con la frescura que perdieron a partir de su tercer CD.
En marzo, los R.E.M. sacan su LP de despedida: “Collapse Into Now”, un producto variado y entretenido de una banda que al perder a su baterista, en los años 90, perdió demasiado.
Sin dudas, el 12 de abril fue el mejor día musical del año con dos discos imprescindibles, aunque muy distintos el uno del otro: Paul Simon volvió a sus raíces con el brevísimo “So Beautiful or What”, casi perfecto en donde nada está de más; Paul está vivo y más vibrante que nunca, a pesar de ser el dinosaurio que es. El otro álbum en cuestión es “Wasting Light” de Foo Fighters. Dave Grohl y compañía sacan toda la furia que tienen dentro y hasta sus temas lentos nos los prodigan con majestuosidad, y así, al fin, nos entregaron una obra digna del talento del otrora baterista de Nirvana.
El famosísimo “Dr. House” sacó su disco de blues que muchas personas consideraron únicamente divertido, pero la verdad es que Hugh Laurie y su “Let Them Talk” es un muy buen homenaje a los pesos pesados del “blues” de New Orleans, como Allen Toussaint o Dr. John. Los geniales The Cars volvieron luego de muchísimos años con “Move Like This”, y la verdad parece que nunca se hubieran separado. El genial tema “Blue Tip” lo demuestra con creces, un triunfo, cosa que no lograron Journey con el mediocre “Eclipse”.
Llegamos a julio y el retorno de Yes con una de las mejores producciones de su inmensa historia, con “Fly From Here” parece que Howe y compañía estarían reinventando el rock progresivo.
Arribamos a setiembre y nos encontramos con el ex Fleetwood Mac, Lindsey Buckingham, quien casi en silencio lanza “Seeds We Sow” en donde hace todo, toca todo —y lo toca en su casa— regalándonos un LP de sencilla belleza en sus diferentes acepciones, ya sean “blueseras”, o rockeras, o adulto contemporáneas. Wilco nos otorga otro álbum de entre lo mejor del 2011, una gran banda en el pico de sus poderes, “The Whole Love” da muestra de ello. Para octubre, Peter Gabriel se re-versiona a sí mismo con el doble “New Blood”. Noel Gallagher pierde su eterna batalla fraternal con el regular “Noel Gallagher's High Flying Birds”; y el Charles Bukowski de la música, Tom Waits, iluminado con “Bad As Me”, un álbum breve pero muy bien hecho.
Nos salteamos algunos meses y terminamos el año con “El Camino” de The Black Keys, un plato de 38 minutos del mejor “Indie Rock” o “Punk Blues”, o como quieran llamarlo. Entre los hispanos destacamos de lejos a Christina Rosenvinge con “La joven Dolores”, y también los más recientes discos de Pasión Vega, Luz Casal, Manolo García, Babasónicos, Divididos, León Gieco y Daniel Melero. Hay muchos que fueron obviados, pero el espacio ya se me terminó hace rato.

Radiohead sorprendió a medio mundo con “The King Of Limbs”, nadie lo esperaba y nadie presumía que den un paso atrás: este disco nos trae de vuelta a los chicos de Oxford flotando en el éter.




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