Pedro González
El dolor nos quiebra porque se fue un maestro para reunirse con otros maestros. Se fue el incansable investigador, folclorista, gestor cultural y, sobre todo, nuestro más ilustre coleccionista. Se fue el hombre de una gran amabilidad para enseñar lo que había atesorado: saberes populares. El hombre de una enorme sensibilidad que se encargó de guardar, dentro de su casa, todas aquellas obras de arte que contienen un pedazo de nuestra cultura e historia: fotografías, estampillas, afiches, miniaturas, tejidos, telares, cruces, máscaras, vestimentas, retablos, bordados, mates burilados, nacimientos y mucho más.
Precisamente, proporcionó una variedad de máscaras, esclavinas de la danza de los negritos de Garibaldis, ponchos, bolsas de cuero, “cushmas” de Shapish, trajes de Colla, del Apu Inca, chaquetas de negrería, fajas, entre otros, a la exposición más importante que se realizó en Lima, el año pasado, dedicada al arte popular: “Sierra Central: acervos e identidades”.
Dicha exposición permitió la publicación de un catálogo que el día 15 del mes en curso se presentó en Lima. La investigación y textos estuvieron a cargo de Fedora Martínez y Soledad Mujica. Esta es la octava presentación de la serie dedicada al arte popular de la Universidad Ricardo Palma y del ICPNA, un material de una impecable impresión de 204 páginas y a todo color, donde cada obra de la colección de Luis Cárdenas Raschio brilla con luz propia. Sin duda, este catálogo es un corolario y homenaje a “don Luchito inmortal”, guardián de nuestro patrimonio.
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