sábado, 3 de marzo de 2012
El reto de la salvaguarda del legado de don Luchito
Manuel Perales Munguía
Nuestro valle ha sido y es pródigo en artistas e intelectuales de gran talla, en hijos que han sabido amarlo, dedicando su vida entera a conservar las expresiones materiales e inmateriales de la esencia del carácter telúrico de su territorio y de su gente maravillosa. Don Luchito Cárdenas fue uno de esos hijos, cuya palabra, siempre sincera y sonora, nos acercaba mágicamente a muchísimos pasajes de nuestra rica cultura e historia.
Hoy don Luchito ya no está físicamente más con nosotros, sin embargo ha dejado una vasta herencia cultural, tanto en sus colecciones de arte popular y otras reliquias, así como en los muchos artículos y notas periodísticas que escribió por años. Con respecto a estos últimos, cabe indicar que, no obstante su trascendencia y valor histórico y antropológico, se hallan en gran parte dispersos, razón por la cual urge su compilación, con la finalidad de que puedan ser publicados en un solo volumen, en el que también podría incluirse el rico material documentario que Luis Cárdenas Raschio atesoraba. He allí un primer gran reto que la sociedad huancaína debe asumir.
Por otro lado, la ingente colección de bienes culturales muebles que don Luchito formó en vida, al igual que su material documentario, hoy están en las buenas manos de su familia. Sin embargo, ella requiere de la asesoría especializada y de la ayuda correspondiente de parte de las instancias oficiales del sector a fin de garantizar su adecuada conservación. Precisamente, aquí es donde radica nuestra preocupación, pues debe evitarse que ocurra lo que en otros casos, como sucedió con Guillermo Guzmán o Hugo Orellana, cuya obras, además de no haber sido catalogadas o registradas en forma adecuada, se encuentran diseminadas, sin que nuestros coterráneos y demás peruanos tengan la oportunidad de conocer de forma apropiada y unitaria su gran contribución al arte nacional. Tenemos aquí un segundo gran reto que afrontar.
Para concluir entonces, consideramos imperativo el reto de asumir la realización de dos grandes proyectos que en su conjunto constituirán algunas de las mejores formas de rendir homenaje a don Luchito. Por un lado, se encuentra la tarea de publicar todos sus escritos y por otro se halla el registro, catalogación y conservación de todas sus colecciones de patrimonio documental y cultural mueble. A ello podríamos añadir un tercer desafío, siempre con el consentimiento de su familia: el de contar con infraestructura adecuada donde todo este legado de don Luis Cárdenas Raschio pueda mostrarse en toda su dimensión a la colectividad de la región y el país entero. Nuestras autoridades y los titulares del sector tienen la palabra.
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