Herencia y vigencia:

Huaconada de Mito

Isaac Tacsa García

Al pie del cerro “San Cristóbal”, adornado de árboles frondosos, donde se aspira el aroma de las retamas, palomas y pájaros elevan sus cantos a los cielos que se mezclan con el sonido del río Mantaro. Allí esta mito, el lugar donde nació el Huacón, que es orgullo y alegría del pueblo.

La Huaconada, danza de la que, por su valor cultural, se seguirá hablando siempre con hipótesis de abordaje permanente. Lugareños y visitantes disfrutan con admiración del encanto de esta milenaria danza los tres primeros días de enero de cada año en el distrito de Mito.

Alguna vez vi confeccionar la mascara esperpéntica de nariz pronunciada del huacón, con delicada habilidad, al profesor Cirilo Inga y al Sr. Benito Sosa en el taller de carpintería de la escuela nº 30321 donde estudié. Sombrero especial de paja fina, o el chuco en el caso del Huacón antiguo. Va ataviado con cintas multicolores, delantal exclusivo adornado con anuncios alusivos a la bienvenida del año nuevo, mantados con frazadas tigre o jergas tejidas con lana de oveja, medias y zapatos con adornos de figuras perfectas; y porta en la mano derecha el instrumento de castigo al inmoral y al malcriado: “el tronador”, hecho de cuero fino trenzado. Así disfrazado sale el Huacón a danzar desde la quebrada del “Layan”, donde se realiza la ceremonia del pagapu al dios “Kon”, a quien pide fuerzas y aliento para mantener y ejercer su autoridad haciendo justicia.

A la melodía ejecutada por la orquesta típica se suma la tinya, un instrumento antiguo hecho de cuero o pellejo de perro.

La "Huaconada" se baila en la plaza del pueblo hasta altas horas de la noche, como ensayo natural y obligatorio, para luego hacerlo con elegancia y profesionalismo en el escenario tradicional e histórico: el parque, los días de presentación oficial.

Todos estos actos y acontecimientos mantienen vigente la auténtica Huaconada de Mito. Heredero de esta danza es don Zósimo Piñas Tacsa, quien hoy como caporal tiene la responsabilidad de la realización de la Huaconada.

La alegría formal que causan los huacones no termina allí. La alegría que transmite esta danza a los niños es impresionante, pues después de los tres días de baile, por ejemplo en el anexo de Matahulo, los niños se organizan y forman pandillas de "músicos” y “huacones", con disfraces improvisados y máscaras hechas de “ala” o maguey, y en vez del tronador “la zumba”, con mango de palo.