miércoles, 1 de diciembre de 2010

Suplemento Solo 4 del 27 de noviembre de 2010

Hoy Festival de Música ICPNA Región Centro 2010
El Instituto Cultural Peruano Norteamericano realizará hoy el Festival de Música presentará en Huancayo a los grupos e intérpretes Eros - Sangre de Acero y Daniel F, así como AFAR de Estados Unidos y DJ Stef de Haan de Holanda. Este evento se hace gracias al apoyo de la Embajada de los Estados Unidos en nuestro país, y se iniciará a las 6 p.m. en el Centro Internacional de Negocios (Jr. Piura 1230).


La cita de la semana:

Cuando entré en la Academia lo pasé fatal, más que fatal, fue horroroso. ¿Sabéis que haré? Llamaré a Marsé, él sabe de qué va eso, para que me aconseje.
Ana María Matute (Barcelona, 1925) al obtener el Premio Cervantes


Las tijeras que danzan

Leonardo Mendoza Mesias*

El Perú y en particular su región central se ven engalanadas por el reconocimiento que hace la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), al declarar como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad a la Danza de las Tijeras y a la Huaconada de Mito. En el siguiente artículo, su autor aborda la primera.

Aunque la Danza de las Tijeras y a la Huaconada de Mito gozan de profundo valor simbólico en la región andina, en el presente artículo sólo abordaremos la Danza de las Tijeras, que hoy en día se ha convertido en un importante ícono para el Perú, sobre todo para aquellos que, de una u otra forma, se identifican con las regiones de Ayacucho, Huancavelica y Apurímac, donde esta danza tiene mayor difusión, y están los mayores índices de pobreza y sufrieron mucho más la violencia política de las últimas décadas.
La Danza de las Tijeras ya había recibido el reconocimiento de “Patrimonio Cultural de la Nación” en 1995 por el Instituto Nacional de Cultura. Hablar de esta danza es hacer referencia a un ritual mágico religioso en que se representa a las diferentes deidades como la Mamapacha, la Yacumama o el Waira. Así también, a otros aspectos de la vida del poblador andino. Los “galas” o danzantes, con sus atuendos vistosos y detallistas, simbolizan las fuerzas. Al enfrentarse los “galas” en el atipanacuy, no sólo a través de su destreza y excelente estado físico, deben tener coraje, ímpetu, tenacidad e instinto de superación. Con ello, se convierten en la representación de todas las fuerzas telúricas que rigen silenciosamente el universo. La danza en sí misma es el reflejo de la cosmovisión de la sociedad en que se originó, y de aquellas que la cultivan hasta ahora. Es también la expresión fidedigna del pensamiento humano contemporáneo: la oposición binaria, que es un estilo de pensamiento que se evidencia en las tijeras (las cuales son macho y hembra, agudo y grave, sacro y profano). ¿Será entonces, por esa conjugación entre el hombre, la naturaleza y lo telúrico, que estos danzantes fueron considerados —erróneamente— como supaypawawas (hijos del diablo)?
La danza en sí misma es el reflejo de la cosmovisión de la sociedad
en que se originó, y de aquellas que la cultivan hasta ahora.
La vorágine de la Danza de las Tijeras, lo que representa y lo que significa contribuyó para la obtención de esta calificación por parte de la Unesco. Es necesario entender que, siendo un símbolo cultural, retoma su impulso telúrico y se convierte en un potencial cultural estratégico. Es decir, por un lado es un factor cultural que contribuye a modificar el estatus de nuestra sociedad, por el reconocimiento que tiene nuestro país a nivel internacional. Pero por otro lado, es estratégico, pues puede contribuir a lograr un objetivo común: el desarrollo de los pueblos andinos peruanos.
Sin embargo, estimado lector, debemos entender que esta danza no sólo es una potencia cultural que permitiría un empoderamiento de nuestra cultura a nivel global, sino que al igual que otras importantes danzas, la de las Tijeras es el repositorio vivo de nuestra cultura, que no sólo es un baile y réplica de antaño. Es algo más: las danzas se sustentan en dos elementos fundamentales, la forma de pensar de quienes las cultivan o representan, y el acrisolamiento del sentir de nuestros pueblos.

*Leonardo Mendoza Mesias es docente de la Facultad de Antropología de la Universidad Nacional del Centro del Perú.



La agonía de Rasu Ñiti
(Fragmento)
José María Arguedas

“Rasu Ñiti” cerró los ojos. Grande se veía su cuerpo. La montera le alumbraba con sus espejos.
“Atok’sayku” saltó junto al cadáver. Se elevó ahí mismo, danzando; tocó las tijeras que brillaban. Sus pies volaban. Todos lo estaban mirando. “Lurucha” tocó el “lucero kanchi” (alumbrar de la estrella), del wallpa wak’ay (canto del gallo) con que empezaban las competencias de los dansak’, a la media noche.
—¡El Wamani aquí! ¡En mi cabeza! ¡En mi pecho, aleteando! —dijo el nuevo dansak’.
Nadie se movió.
Era él, el padre “Rasu Ñiti”, renacido, con tendones de bestia tierna y el fuego del Wamani, su corriente de siglos aleteando.
“Lurucha” inventó los ritmos más intrincados, los más solemnes y vivos. “Atok’sayku” los seguía, se elevaban, sus piernas, sus brazos, su pañuelo, sus espejos, su montera, todo en su sitio. Y nadie volaba como ese joven dansak’; dansak’ nacido.


Gala tusuy (danza tradicional)*

Aniano Tapia Gutiérrez
Los danzantes de tijeras se han originado antes de la época incaica. Sus cultores cumplían el papel de sacerdotes, curanderos, layas o brujos (chamanes). Con la llegada de los españoles, en protesta, los danzantes profetas andinos aparecen anunciando el fin del mundo para los europeos, y entonces son perseguidos y ejecutados.
Según los cronistas, por presión de los españoles, los danzantes adecuaron estos festejos a la Pascua de Navidad, Año Nuevo y Pascua de los Reyes. En la actualidad la danza se practica con diversos nombres: “Danzas” en Ayacucho, “Sangras” en Apurímac y “Gala” en Huancavelica.

* Fragmento del libro “Mi terruño, pequeña pradera”.

La Huaconada de Mito y la educación liberadora


Máscara del huacón moderno.

Consuelo Arriola Jorge

En el presente artículo, la escritora y educadora Consuelo Arriola nos habla mucho más de la Huaconada de Mito, pero esta vez desde una perspectiva pedagógica.

De todas las artes, se considera más antigua a la danza. Su quehacer actualmente cobra más importancia por la interconexión con otras artes que la enriquecen. Así por ejemplo, en el caso de la Huaconada de Mito, reconocida recientemente como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, postulamos que es parte del arte popular que está al servicio de una educación liberadora.
Esta danza, por el disfraz, tiene dos manifestaciones: el huacón antiguo y el huacón moderno. Sin embargo, ello no la inhabilita para mantener la unidad en cuanto a su significado moralizador. Actualmente ya no se expresa en el sentido del castigo físico o moral a los infractores, pero sí lo hace a través de los símbolos del “tronador”, la expresión de las máscaras y la literatura oral que la rodea. Entonces, si ser huacón lleva implícito un significado moralizador, practicar esta danza conlleva a una autocrítica sobre la vida moral del mismo danzante. Por ello, se estaría realizando una de las características de la educación liberadora: la capacidad crítica.
La Huaconada ha dado también origen a múltiples investigaciones, como la del historiador Simeón Orellana. Más aún, existen creaciones líricas, como las de los poetas Armando Casquero Alcántara o Tulio Mora. Este es el cimiento para que niñas, niños y hombres de todas las edades opten por expresar emociones y sentimientos que afloran al vivir esta imponente danza en todo su esplendor, los tres primeros días de enero. Con ello se practica la capacidad creativa.
En el caso de la Huaconada, era acompañada originariamente por la quena y la tinya. En la actualidad se hace con una orquesta que mantiene la tonada alegre y rítmica con un estribillo (Guillén-Napaico: “Monografía de Mito”) que permite grabar en la mente de los bailantes y observadores. Danzar se convierte, así, en una liberación y un placer estético acompañado de la melodía.
En la antigüedad cada danzante elaboraba su propia
máscara. En cada una se nota la expresión autoritaria.
La máscara tallada en madera, preferentemente de aliso, ha sido objeto de variadas investigaciones. En la antigüedad cada danzante elaboraba su propia máscara. En cada una se nota la expresión autoritaria. De manera particular, cada una es única por los detalles que surgen al momento de crearla.
El tronador o “zumba” es otro elemento. Fabricado de tejido artístico de cuero de vacuno, su mango puede ser la pata de un venado, lo cual le da mayor valor. El sombrero tejido y adornado con cintas coloridas y un “rosón” al centro es otro componente que indica poder.
Donde se ha ahondado poco es, quizá, en la textilería. El tejido es otra obra de arte que brota de las manos de tejedores y tejedoras del distrito. Los dibujos en las medias del huacón moderno aluden a las coloridas flores propias del valle, y difieren mucho de los tejidos de otras zonas. Antiguamente también las medias las confeccionaba el propio danzante, su madre, hermana o novia.
El bordado de los mandiles y zapatillas del huacón moderno, por su parte, esboza en el delantal de satén figuras de picaflores, flora del valle, corazones, lazos de amor y mensajes sublimes. Es una pena que estos bordados están siendo reemplazados por la “pana china” y van quedando en el olvido.
Por el rol moralizador que cumplían los huacones, no se daban a conocer por su nombre propio. Así, eran “bautizados” como “El zorro”, “Yanacata”, “Chihuaco”, “Chico Malo”, “Mantarino”, “Ají verde”, entre otros. Cada uno tiene un significado, a veces irónico, pero siempre acorde con la personalidad, característica física o psicológica del nuevo huacón que se inicia con el rito del “corta rabo”.
El atuendo del huacón antiguo, por su parte, conserva su propio significado, que nos remite a épocas preincas, donde lo básico es una máscara grotesca. Los tejidos están hechos de lana de oveja y las ojotas de cuero.
La declaración de la UNESCO, finalmente, debe servir para preservar los valores de esta danza milenaria, cuyo significado, música y elementos forman el juicio crítico y las características de una educación liberadora. Que las nuevas generaciones no la sacrifiquen en aras de la modernidad y la moda, la libertad o la identidad del pueblo, porque “la voz del pueblo, es la voz de Dios”.

Más datos:
Actualmente, en Mito hay cultores del arte del tallado de máscaras: Abel Beriche Macha, Andrés y Julio Landeo Alvarez, Carlos y Juan Verástegui Perales, entre otros. En la textilería destacan doña Antonieta Picho Verástegui y Mercedes Acosta Palomino.


Perfume de mujer

Plataforma
Michel Houellebecq
Ella se tumbó sobre mí y frotó vivamente su pubis contra el mío, lanzando grititos de placer; yo subí las manos y le acaricié la nuca. Cuando llegó al orgasmo se quedó quieta, dejó escapar un largo jadeo y se derrumbó sobre mi pecho. Yo seguía dentro de ella, sentía las contracciones de su vagina. Ella tuvo otro orgasmo, una contracción muy profunda, que venía del interior. La abracé con fuerza, involuntariamente, y eyaculé con un grito.

Pablo Picasso: “Apretón”

El buen salvaje: Huacones y danzaq: por partida doble

Sandro Bossio Suárez

Primero fue Machu Picchu, a continuación Sofía Mulánovich, más tarde Kina Malpartida, luego la gastronomía peruana, en seguida Claudia Llosa y su cine simbólico, y un año después el premio Nobel de Literatura de Mario Vargas Llosa. Ahora, mucho más cerca de nosotros, nos sorprende la Huaconada y la Danza de Tijeras.
En otras palabras, la cultura peruana ha alcanzado el cenit, y se mantiene en él. Como sabemos, la Danza de las Tijeras y la Huaconada de Mito, ambas ligadas a la demonología andina, fueron incluidas por el Comité Intergubernamental de la Unesco en su Lista del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
La Huaconada, en primer lugar, tan a nuestro alcance, es una manifestación social reglamentaria, pues pretende escarmentar a los insumisos con las normas éticas y legales. Luego de la misa del 1 de enero, setenta huacones y dos caporales se presentan, ataviados con máscaras demoníacas y frazadas, en la plaza principal del pueblo. Blanden en una mano un látigo amenazante. La música que marca el compás brota de una orquesta típica habitada en su mayoría por varios saxos y clarinetes, y un violín y un arpa. Luego, a vista de los cientos de asistentes, los danzantes, organizados en parejas, inician las pruebas físicas denominadas “caramusas”. Tras diversos ejercicios, por la tarde, los huacones inician un rito fantástico: danzan levantando los brazos, en círculos, sosteniendo sus mantas, tratando de imitar el vuelo de un cóndor. Para el estudioso Simeón Orellana Valeriano, la máxima autoridad en el tema, esta coreografía trata de una adoración al dios Sol.
Todo indica que la Huaconada es prehispánica. Algunos aseguran que tiene más de mil quinientos años. En quechua, “huacón” significa “máscara” o “enmascarado”. Ya en las crónicas de Indias aparece como una danza milenaria. José de Acosta señala, en 1590, que “otras danzas había de enmascarados, que llamaban guacones, y las máscaras y su gesto eran del puro demonio”. Diego González Holguín, en su vocabulario de quechua, en 1608, refuerza la idea de que a los enmascarados se les llamaba “huacón”, igual que Alonso de Barsana en su vocabulario y praxis de la lengua general de los indios del Perú.
Todo indica que la Huaconada es prehispánica. Algunos
aseguran que tiene más de mil quinientos años.
Felipe Guaman Poma de Ayala, en 1613, presenta el dibujo de una danza llamada “uaco taqui uacon”, que significa algo así como “canto o canción del baile de los enmascarados” y formaba parte de las festividades del Chinchaysuyo, a cuyo territorio pertenecía el reino Huanca. La máscara era un venado disecado o imitaba a este animal.
En 1616, fray Martín de Murúa afirma la existencia de una danza de enmascarados, denominada “guacones”, que era practicada por los nativos desde el Incanato.
Por otro lado, la Danza de las Tijeras, a decir del sociólogo Vicente Otta Rivera, es una danza de hombres que se desarrolla en contrapunto (Atipanakuy), al son del arpa y del violín. En el campo, antaño, se llamaba “Supay huapasi tusak” o, traducido, “el danzante en la casa del Diablo”. Fue José María Arguedas quien generalizó el nombre “danzante de tijeras” por esos adminículos filosos que los danzantes (“danzaq” en Ayacucho) llevan en la mano derecha y que las entrechocan mientras bailan.
En la sierra sur se baila desde abril hasta diciembre y cada melodía corresponde a distintas estaciones de la danza: pasacalle, para marchar en las calles; y “Wallpa wajay”, cuando son las tres de la mañana y canta el gallo. Durante el día, se toca en tono mayor, por la noche, en tono menor. “El primer día (Anticipo), llegan al pueblo los músicos y danzantes. A las 12 de la noche, en secreto, hacen el pago en la plaza, la ofrenda al Huamani. El segundo día (Víspera), desfilan por las calles y bailan en contrapunto desde las 6 de la mañana hasta las 8 de la noche. El tercer día (Día Central), se hacen las pruebas: hacen números de magia, se traspasan con agujas y espinas, suben a las torres de la iglesia (torre bajay) donde realizan demostraciones de equilibrio y acrobacia. El cuarto día (Cabildo), bailan otra vez hasta las 8 de la noche y el quinto día (Despacho), regresan a su lugar de origen”, explica Otta Rivera.
Estas dos danzas, con el transcurrir del tiempo y su incorporación a los espacios urbanos, operaron profundos cambios, al punto que ahora es posible hablar de versiones antiguas y modernas. Como fuere, lo cierto es que estas dos danzas milenarias de nuestras entrañas terrenas han vuelto a ponernos en la cresta de la cultura mundial.

Centenario de la muerte de Tólstoi

Un día como el 20 de noviembre último, Leiv Tólstoi falleció. Se cumplen cien años desde entonces, y el mundo ha hecho una serie de actos conmemorativos a la que se suma Solo 4.

Bajo los tilos de Yasnaia Polaina, en un claro del bosque llamado Stara-Zakaz, hay una sencilla tumba. Allí reposan los restos del conde Leiv Nikolaievich Tólstoi (Yásnaya Poliana, 28 de agosto de 1928 – Astapovo, 20 de noviembre de 1910), el gran escritor ruso que legó a la humanidad obras inmortales como “Guerra y Paz” (se empezó a publicar en 1865, y se editó en forma de libro en 1869) o “Anna Karenina” (1875-1877).
Tólstoi no era famoso únicamente por su obra, sino también por su manera de pensar y actuar, que iban entre la excentricidad y el absurdo. Ya en sus últimos años tuvo una de sus grandes crisis religiosas, que lo llevó a negarse cualquier tipo de placer, y a convertirse en una suerte de asceta místico. Empeoró entonces su ya maltrecha relación matrimonial. Todo ello influyó mucho en su propia obra, que si bien él mismo apreciaba en su calidad artística, se sentía insatisfecho, en cambio, de su alcance para llenar el vacío que lo agobiaba. De esa época son la breve obra maestra “La muerte de Ivan Ilich” (1886) —la agonía de Ivan Ilich, y el vehemente rechazo a la esposa, se asemeja mucho a lo que iba a ser su propia muerte— y “Sonata a Kreutzer” (1889), una suerte de manifiesto contra el matrimonio.
Ese 20 de noviembre de 1910 la prensa de todo el mundo informó conmovida de la muerte de Tólstoi, acaecida a las 6 de la mañana. Minutos antes había dicho “hay sobre la tierra millones de hombres que sufren. ¿Por qué estáis al cuidado únicamente de mí?”.


El pacifismo mesiánico de Tolstói [dejó] una marca en la historia: Mahatma Gandhi fue uno de sus más ilustres discípulos, al igual que Martin Luther King […]. Pero el inmenso prestigio que llegó a alcanzar en el mundo entero no hubiera sido posible si, detrás de sus audaces, pintorescas y a veces temerarias teorías, no hubieran existido las novelas que escribió, sobre todo ese prodigio que es “Guerra y Paz”.
Mario Vargas Llosa, “La querencia del maestro”

Esta muerte, en una pequeña estación, de un anciano profundamente abatido, huyendo de todo lo que había amado: su mujer, sus hijos, la casa de sus antepasados, forzoso es que aparezca como trágica ante el juicio de los hombres; mas para él era la liberación: la liberación del fardo de la tierra, cuyo peso le ahogaba.
Condesa Sofía Andreíevna (viuda de Tólstoi)

“Anna Karenina” [es] tal vez la más grande novela del amor mundano y del adulterio. Vronski, Anna, su marido, el flujo y reflujo de la pasión que crea y deshace el mundo de los amantes, viven dentro de aquellas páginas con una espontaneidad plena y casi inocente. Hay mucho de él y de su juvenil petulancia en Vronski, como hay mucho de él en todas sus obras.
Arturo Uslar-Pietri, escritor venezolano

Yukio Mishima: 40 años de su muerte

Hace cuarenta años, el gran escritor japonés Yukio Mishima (14 de enero de 1925 - 25 de noviembre de 1970) se suicidó en un antiguo ritual. Ese día tomó en rehén junto a cuatro de sus colaboradores de la “Sociedad del escudo” al comandante del cuartel general de Tokio, con quien tenía pactada una cita.
Luego de lanzar algunas arengas a los soldados contra el capitalismo occidental y “ese liberalismo que había afeminado al Japón”, intentó convencerlos de iniciar un levantamiento general a fin de devolver al emperador a su sitial como encarnación viva de la divinidad. Pero fue abucheado y hasta le lanzaron, entre otras cosas, latas de gaseosa.
Poco antes acababa de entregar a la imprenta el manuscrito de “La corrupción de un ángel”, última parte de su tetralogía “El mar de la fertilidad”.
Su primera y más afamada novela, “Confesiones de una máscara” (1949), cuenta el despertar de su homosexualidad. El gran éxito de sus obras le permitió ser nominado hasta en tres oportunidades al Premio Nobel de Literatura.
Luego del revés con los soldados, se encerró en el despacho del comandante y se hizo un profundo corte en el estómago con una daga, en la modalidad de suicidio denominada seppuku. A continuación, fue decapitado, luego de varios intentos, por uno de sus acompañantes.







Cabeza de Yukio Mishima poco después de su decapitación ceremonial.

Función continuada: Atracción peligrosa

La ciudad de los antihéroes

Juan Carlos Suárez Revollar
La primera película dirigida por Ben Affleck fue “Desapareció una noche” (“Gone, Baby, Gone” (2007) —hasta entonces, si bien había participado en varias valiosas películas, e incluso en un par con dos grandes directores: Gus van Sant y John Frankenheimer, era principalmente conocido por blockbusters como “Armagedón”, “Daredevil” o “Pearl Harbor”—. Este policial tiene a una pareja de investigadores que busca a una niña presuntamente secuestrada. Su sórdido contexto va llevando al espectador hacia un final absolutamente pesimista.
Como en este filme, “Atracción peligrosa” (“The Town”, 2010), segundo trabajo de Affleck como director, tiene personajes que viven al margen de la ley. La acción se inicia con el asalto a un banco de Boston por parte de un grupo de atracadores encabezados por Doug MacRay (Ben Affleck).
La colaboración obligada de una empleada del banco, Claire Keesey (Rebecca Hall), y su inmediata toma en rehén, marca el inicio de lo que será una relación entre Doug y ella. Ese elemento es el desencadenante para los cuestionamientos que surgen en él, particularmente referidos a su modo de vida, del que parece no poder escapar.
Más que las escenas de acción presentes a lo largo de todo el filme, destacan las brillantes situaciones ligadas con el ámbito lumpen: desde los modos de vida hasta los conflictos. Por supuesto, hay secuencias memorables, como aquella en que Doug visita a su padre (Chris Cooper) en prisión, que contiene diálogos sólidos y un poderoso planteamiento visual y dramático.
La interpretación de los actores es en general satisfactoria e incluso sobresaliente. Quizá el único que muestra algunos altibajos es el propio Affleck. Sin embargo, los personajes están tan bien construidos que cualquier defecto de esta índole es absorbido por la historia, aun con algunos personajes que apenas aparecen —por ejemplo Stephen MacRay, el padre de Doug, o principalmente el florista Fergus 'Fergie' Colm (Pete Postlethwaite)—. “Atracción peligrosa” tiene una línea dramática constante, sin tropiezos, salvo, acaso, el final edificante o la excesiva torpeza de la policía.
Definitivamente, Ben Affleck se revela como un excepcional director, cuya obra futura será esperada con mucho interés.

Atracción peligrosa
Director: Ben Affleck
País y año: Estados Unidos, 2010
Duración: 125 minutos
Título original: The Town
Idioma: inglés con subtítulos en español

Y en cartelera:
Lo mejor del último mes ha sido “Atracción peligrosa”, que estuvo en proyección durante dos semanas. Ahora se estrena el filme animado “Megamente”, que tiene buenos comentarios de la crítica internacional, al igual que la penúltima entrega de Harry Potter. Por su parte, si bien “Hachiko: siempre a tu lado” es una obra menor del sueco Lasse Hallström —dirigió los brillantes “Mi vida como un perro” (1985) y “¿A quién ama Gilbert Grape?” (1993)—, es de interés.

Agenda semanal

Festival de Música
ICPNA Región Centro 2010
Con el apoyo de la Embajada de los Estados Unidos de América
Eros - Sangre de Acero / Daniel F / AFAR de EE. UU. / DJ Stef de Haan
Centro Internacional de Negocios (Jr. Piura 1230, Huancayo)
Sábado 27. Hora: 6 p.m.
Ingreso con invitación

Presentación de libros
“Una hoja y una rosa” y "Túmulo de piedra del gato salvaje" del escritor Dennis Syluk
Comentan: Marissa Cárdenas y Minerva Peñaloza de Herrera
Martes 30. Hora: 7 p.m.
Auditorio del ICPNA Región Centro, Jr. Ayacucho 169, Huancayo
Ingreso libre

CINE
Promesas del este
Ciclo David Cronenberg
Foristas: Jorge Jaime y Roberto Loayza
Lunes 29. Hora: 7 p.m.
Centro Cultural Continental, calle Real 125, Huancayo.
Ingreso libre

El niño y el toro
Cine Alternativo
Viernes 3 de diciembre. Hora: 6 p.m.
Auditorio de la Dirección Regional de Cultura Junín
Jr. San Fernando 181, San Carlos, Huancayo
Ingreso libre

lunes, 22 de noviembre de 2010

Solo 4 del 20 de noviembre de 2010



Estamos de fiesta. Y doblemente. Esta semana la Huaconada de Mito fue declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco y, además, el emblemático colegio Santa Isabel añadió un año más a su patricia longevidad. Doble motivo para sentirnos orgullosos y presentar un especial por ambas complacencias.


La cita de la semana:
Otras danzas había de enmascarados, que llamaban guacones, y las máscaras y su gesto eran del puro demonio.

José de Acosta, Historia natural y moral de Las Indias (1590).

La Huaconada de Mito

Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad

Simeón Orellana Valeriano

El Comité para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco ha decidido incluir a la Danza del Huakón —llamada también La Huaconada de Mito—, como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, en su reciente reunión de Nairobi, África. Uno de los propulsores de este reconocimiento es el estudioso Simeón Orellana Valeriano, quien nos presenta una visión antropológica de esta danza, que tiene más de 1500 años de existencia.

Mito es un hermoso pueblo, engarzado en la margen derecha del río Mantaro, provincia de Concepción de la región Junín. Cada año —del 1 al 3 de enero— llega a Mito ese aroma de fiesta que significa en buen romance: alegría, entusiasmo, dolor, llanto y amor. Esta festividad escenifica una de las danzas más antiguas del mundo andino.
El origen de esta danza se entronca con los de los pueblos puquinas, aimaras, quechuas, xauxa-huankas, etc. Ha surgido en las fuentes de una religión prehispánica, pero manteniendo su urdiembre primitiva, llena de hermosas leyendas y mitos andinos. De las investigaciones podemos manifestar que la máscara del Huakón surge en el Collao, hace aproximadamente 1500 años, en el Horizonte Medio Wari - Tiwanako.
En la máscara existe un mensaje que debemos decodificar. ¿Podríamos hablar de un “contenido ideológico” dentro de la máscara primigenia del Huakón? La máscara es un símbolo de la creencia en el dios Kon y, por eso, adopta el carácter de sagrado, como lo hemos explicado en nuestro libro “La Danza de los Sacerdotes del Dios Kon. La Huaconada de Mito” (2004).
La “macora” (sombrero), la capa o “catacuna”, el “delantal”, la “camisa de bayeta”, el “pantalón”, las “mangash”, las “medias de lana” y los “shucuys” (calzado indio), integran las partes más importantes y visibles de la vestimenta del Huakón moderno. Es necesario aclarar que existe un Huakón antiguo, cuya vestimenta difiere del actual en la “catacuna”, que es una manta de jerga blanca con rayas negras; y en el sombrero, que es un “chucu” utilizado por el “indio del pueblo”. Ambos personajes utilizan un “tronador”, “látigo” o “ccara huasca”, confeccionado de cuero trenzado. Con este látigo el Huakón castiga al visitante, en la fiesta de Mito, cuando no le habla con respeto y le dice: “Señor Alcalde”, besando el mango del látigo. Actualmente la Huakonada es una danza de control social. Ayuda a mantener el orden y la moral de los pobladores de Mito por lo menos, los días de la fiesta, castigando a los “mancebados” o a las mujeres “casquivanas” y “flojas”.
Para la admisión de los nuevos Huakones se hace
el famoso “Corta Rabo”, una ceremonia en que el
“padrino” los “bautiza” con un látigo pequeño.

La presentación se hace en la plaza de Mito. Salen de la quebrada Ayan Chico, conocida como la “pacarina de los Huakones”. En este lugar se colocan la máscara y la vestimenta. Para la admisión de los nuevos Huakones se hace el famoso “Corta Rabo”, una ceremonia en que el “padrino” los “bautiza” con un látigo pequeño, aplicándoles tres latigazos y asignándoles un apodo con el cual serán identificados como integrantes de la “Sociedad Secreta de los Huakones”. Solamente los miembros conocen la identidad de los demás.
Tras la misa, los Huakones, acompañados por una orquesta típica y la tinya sagrada, dan dos o tres “vueltas” a la Plaza, y luego se dirigen a la Plazuela de La Unión para realizar una misteriosa y enigmática “ccaramusa”. Son doce “mudanzas”, cuyo significado nos explica el profundo mensaje simbólico de la danza. El Nuna Toro, la Huaycharseada y las figuras coreográficas del Inti Palpoy y Anca Palpoy encierran significados cuyos orígenes se encuentran en los ritos de la religión prehispánica.

MÁS DATOS:
Cronistas españoles han dejado informaciones sobre esta supervivencia costumbrista. José de Acosta (1560), Huamán Poma de Ayala (1615), Martín de Murúa (1616), Bernabé Cobo (1639) y, especialmente, Agustín Capcha (1662) “vieron” al Huakón como el personaje central de la danza y nos describieron la máscara. Agustín Capcha dice, en un documento de 1662: “asemismo, tienen de costumbres los endios de ponerse a baylar en los días de fiestas en una osansa de antividades que se llama guacón con unas máscaras lo más feio, que se puede ver puestas en las caras con unos combes que les cervia de cameseta y utado todo el brasos y pies con unos colores narangados tierras o de otras cosas, estos hasen los endios deste pueblo con poco temor de Dios nuestro señor”. Los extirpadores de idolatrías persiguieron y castigaron a estos “endios”. Léase Laykas o sacerdotes andinos.


Un acercamiento a la Huaconada de Mito


Jim Ramos Ñañez
Al parecer, la Huaconada tendría su origen en el Altiplano, lugar en el que se desarrolló la cultura Tiawanaku, hace más de cuatro mil años, según el estudioso boliviano Hugo Boero Rojo.
Siendo los Collao un pueblo rebelde, es muy posible que al ser vencidos por los incas, estos últimos los desterrasen hacia otras zonas del Tahuantinsuyo, como solían hacer con aquellos que ofrecieran resistencia a sus pretensiones expansionistas durante el reinado de Pachacutec. De esta manera se puede explicar que un grupo de los Collao llegaran hacia el poblado de Mito trayendo consigo sus costumbres, entre ellas la Huaconada.
Es una danza mágico-ritual, en un primer momento, y de control social en la actualidad (esa debe ser, al menos la tarea de quienes en la actualidad la ejecutan. De otra manera la danza perdería su valor esencial, de conservar las buenas costumbres y la moral del pueblo).
Sobre la vestimenta original, no se conserva descripción alguna, como afirma Benjamín Gutiérrez en su estudio titulado “Danzas folclóricas del Perú Nº1”. La referencia más antigua que se recuerda en Mito es la siguiente: Sombrero de lana o chuco de fabricación artesanal, máscara de madera con rasgos grotescos, manta de jerga o bayeta a manera de capa, de colores oscuros, pantalón negro, delantal blanco de bayeta, medias de lana, ojotas o llanque de piel de res, látigo tejido de piel de res y mango de madera. Esta vestimenta se modifica a inicios del siglo pasado: sombrero de paja de origen norteño, con flequillos y cintas de diversos colores que cuelan a la altura de la espalda, máscara de madera de talla más acabada y menos grotesca, frazadas atigradas a modo de capa, delantal de seda con diversos colores, con bordados de flores y otras aplicaciones (que en el pasado eran bordados por las madres o las jóvenes enamoradas de los danzantes), medias de lana tejidas con figuras andinas, sandalias afelpadas de colores, con orlas, guantes negros de cuero, látigo finamente tejido con adornos y argollas de plata.
Estos movimientos están dirigidos por el caporal y tienen
el objetivo de castigar al Huacón más desprevenido.
En la actualidad, esta danza es ejecutada durante los tres primeros días del año por un número ilimitado de varones, previamente inscritos con el respectivo pago por el derecho de bailar. Se realiza por las calles del pueblo, concentrándose en su plaza principal. La “Caramusa” se lleva a cabo al medio día. Contiene muchos movimientos de los cuales se conservan: Napayacui o Huipaicui, cruce de brazos, Muyurparin, cruce de látigos, Cenka Pitachalin, El puente, La topada, El balanceo, La cargada, Uhuishjinapitarun y Cuti- cuti. Estos movimientos están dirigidos por el caporal y tienen el objetivo de castigar al Huacón más desprevenido.
Durante el virreinato la danza desapareció por la extirpación de idolatrías, pues era considerada como una danza de demonios. Sin embargo, fue conservada y practicada secretamente, hasta que reapareció a principios del siglo XIX. Desde entonces se le conoce con la denominación de “La Huaconada de Mito”.



Ondas isabelinas y la historia del periodismo isabelino

Juan Cangahuala Malpica

"Ondas Isabelinas" salió a la luz un 3 de julio de I916. El nombre lo sugirió el alumno Leónidas Aguirre Suazo, y como primer director tuvo el alumno César Monge Sánchez. Su primera edición tuvo solamente cuatro páginas.
Posteriormente aparecieron otros periódicos, como el "Aerolito", “I.S.A.”, “El farsante”, y en 1945 “El fogoso”.
En 1952 se publicó “Centenario”, en homenaje a los cien años del colegio. El 23 de noviembre del mismo año, se editó un número extraordinario.
En 1959 vio a luz “El isabelino”, en 1961 “La voz isabelina”, en 1962 “El heraldo isabelino”, y en 1966 “Rasgos isabelinos”.

Ondas isabelinas
Solamente faltan seis años para cumplir su centenario desde la primera publicación. Como directores estuvieron una pléyade de grandes intelectuales, que dentro del periodismo regional y nacional hicieron brillar a Huancayo. Entre ellos sobresalen Reynaldo Puga y Lucio Roque, César Fernández y Edmundo Zegarra; Renato Chumpitazi Castillo, Luis Coleridge Alcántara, Raúl Canes Bastidas, y en la edición especial In Memoriam a los alumnos mártires de la tragedia de Ocros, Hugo Ernesto Mostajo.
“Ondas Isabelinas” de 1957 nos trae páginas de arqueología huanca, en la pluma del Dr. Luis Lumbreras.
En la página 29 encontramos una crónica de Ricardo Tello Devotto titulada "Apuntes sobre las Ruinas arqueológicas en los alrededores de Huancayo”.
Es doloroso nombrar la edición extraordinaria de 1960:

Qué importa, digo, que la soledad
cubra mis formas si veo a otros
hombres, al parecer felices,
que llevan la soledad dentro de sí.

Esta edición fue publicada In Memoriam a los hermanos isabelinos fallecidos en una fecha fatídica de aquel año de 1960 en la curva de Ocros. Para ellos, nuestros recuerdos.


En busca del tiempo

Santa Isabel, años después:

Orestes A. Damián Navarro
Hace 31 años y algo más, llegué al glorioso “Santa Isabel” a sumarme a la busca del tiempo que debían recorrer todos por mantener su historia, su calidad y su vida en el incontrastable Huancayo. Como se comprenderá, siempre ha sido reconocida la frase de que: “hablar de Huancayo, es hablar del ‘Santa Isabel’, y hablar del ‘Santa Isabel’ es hablar de Huancayo”.
Eran tiempos borrascosos para el magisterio nacional, y la lucha continuaba. Mis colegas de entonces me ofrecieron un vivo retrato del “Santi” y de los desafíos que enfrentaba: una pugna por la dirección del plantel, despidos o suspensiones laborales a los profesores en lucha, el levantamiento de la huelga general indefinida, la violencia y protesta general rumbo a la Constituyente, y el reinicio de las laboras educativas, amputadas por muchas cosas, desde meses atrás.
Había que devolverle al “glorioso” tantas cosas, y debía hacerlo como Asesor de Ciencias Naturales. No sé si se hizo mucho o poco, pero siempre “Santa Isabel” fue más grande que todos sus problemas. Sin embargo, en los cielos, en los Andes, en los valles, en las ciudades y pueblos, algo flotaba en el ambiente. Nada hacía presagiar la hecatombe que se avecinaba con el terror a cuestas.
El temor debía ser vencido como una obligación
moral constante para enfrentar a esa crisis
política y a la expansión del terrorismo.
Hace 25 años, cuando acepté el cargo de coordinador de la Oficina de Bienestar del Educando (OBE), pensé que sólo enfrentaría la conducta de los alumnos, sin embargo, debí también encarar la brutal agresión de que fueron víctimas los docentes cuando, en los siguientes años, muchos de ellos fueron asesinados. Los maestros y alumnos estábamos al centro de dos frentes ignominiosos. Las clases se hacían con el fragor de las bombas y la huída en estampida de los estudiantes. Fueron semanas, meses, años enteros: qué difícil fue manejar OBE. Había destrucción por doquier: ventanas, servicios higiénicos, salones y techos, que volaban por los aires, mientras el temor debía ser vencido como una obligación moral constante para enfrentar a esa crisis política y a la expansión del terrorismo; y sobre todo, para atenuar la amenaza a las familias, a la comunidad y al glorioso centenario.
Hace 20 años la infamia coronó, como nunca, la deshonra al magisterio isabelino. Se obligó la renuncia de casi todo el equipo directivo y jerárquico. Todavía recuerdo el terror. No fue necesaria ninguna resolución de cese. Se fueron con honor, acaso llorando la ausencia de los que ya no estaban con nosotros.
Finalmente, el coraje y la determinación nos sirvió de inspiración para seguir trabajando tan arduamente como podíamos, para asegurar que alumnos y profesores sigan gozando, ya en momentos de paz, de las oportunidades que se merecen; y busquemos el progreso y la prosperidad para las generaciones venideras.

El rincón de las ilusiones muertas

José Oregón Morales
La noble campaña de “Correo” iniciada para este aniversario de noviembre, nos conmueve a todos los que hemos vivido la sublime permanencia en el Santa Isabel. Hace cinco años, trajinando por la calle Real, sin presagiarlo, me encontré frente a un caballero elegante, de pulcro terno y corbata.
—¡Pavo! ¡Promoción!
—¡Oh!, mi querido Oregón. Hombre, mis respetos —y me abraza fraternalmente tomándome luego por los codos.
—Más de cuarenta años y sigues igual, “Pavo de mierda” —contestando con frases respetuosas y fraternas a todas las puyas ofensivas que te lanzábamos en el 5to. A.
—¡Pavo, glu, glu, glu, glu! Y nos desternillábamos de risa, no por tu nariz llena de moco que casi cubría tu boca, sino por el arte perfecto que tenía Vizurraga para imitar el graznido onomatopéyico de los elegantes pavos.
—¡Qué pasa, queridos compañeros! ¡Hombre, yo en ningún momento los he ofendido para merecer el mal trato que me dan!
Así eras, mientras los otros la apostábamos para la salida y acicateados por el clásico “kish, kish, kish” del círculo humano, terminábamos ensangrentados y con el uniforme premilitar roto. ¡Era necesario sacarse la chochoca para que te respeten. A partir de ahí ya nadie te jodía.
—¿Qué es de tu vida, Alcides Abarca? ¿Dónde vives? ¿Qué haces? Estás igualito.
—Resido en Alemania, mi querido Oregón. Ya son tres décadas que viajo por toda Europa. Soy maestro de la Orquesta Sinfónica de Berlín.
Tocaba la campana de salida a las cinco y como
locos corríamos a la Sala de Música. Nos aguardaban
decenas de violines, guitarras y un piano alemán.
¡Cierto! Tocaba la campana de salida a las cinco y como locos corríamos a la Sala de Música. Nos aguardaban decenas de violines, guitarras y un piano alemán. Lo más importante, nos aguardaba el maestro de música. Febriles, encajábamos el violín bajo nuestras quijadas e iniciábamos el solfeo y la lectura de las partituras. Eras el violinista más avanzado del inmenso grupo, y el maestro te trataba con especial deferencia. Todos los rincones estaban poblados de alumnos ávidos por aprender a tocar, picando melodías, arpegios y pulsando acordes que hacían saltar los ojos de los que menos sabíamos. Recuerdo también que escuchábamos en el aula, frenéticos, las canciones de los Beatles cantadas por Claudio, o saltábamos de alegría con los temas de los Rolling Stones. Pero te juro, ensoñábamos las melodías de Franz Liszt emergiendo de las concavidades de tu violín. Entonces te adorábamos y eras bello a nuestros ojos, te perdonábamos tu nariz de pavo.
El resto, ya lo sabes: recortaron el presupuesto, cerraron el internado y las becas, demolieron el gimnasio y el campo auxiliar de deportes para tugurizar el plantel con nuevas aulas, cerraron la sala de música y el profesor emigró al Brasil, donde sí le dieron nido para seguir forjando a nuevos artistas. Esa sala quedó como “El rincón de las ilusiones muertas”. Casi todos ya no pudimos seguir cultivando nuestros talentos. Los instrumentos se fueron perdiendo de a pocos, como todo se pierde en el actual “Santi”. Las donaciones de los ex alumnos se pierden. Se robaron los instrumentos de la banda. Se robaron las máquinas de la sala de cómputo, se robaron los kits deportivos, los equipos de imagen y sonido donados para sus respectivas aulas. Las carpetas de los que ingresan se vuelven a vender al día siguiente. Un poco más y se llevan las losetas que los ex alumnos hicieron colocar en los pisos de sus aulas.
Tú eres nuestro timbre de orgullo, Alcides Abarca, al lado de insignes héroes, profesionales de todas las especialidades, científicos y literatos, artistas y obreros que ha dado el colegio para el beneficio de la sociedad y que ejecutan obras agradables a los ojos de Dios.
—¡Mi querido Oregón! Cuéntame de nuestros compañeros. Sólo he venido por asuntos familiares y el martes debo retornar a Alemania. ¿Cómo está “Ayacucho”, “El Camión”, nuestro “Candela”, Sócrates Zevallos, El “Pato” Gálvez. Cuéntame…
Hasta siempre, Abarca. Te vi desaparecer entre el gentío que salía de la Catedral. Maestro en toda la extensión de la palabra; te vas a una Europa donde te escuchan, donde te aman y respetan por los talentos que cultivaste en el viejo Santi. Eres, quizá, el único producto prodigioso que germinó en lo que es ahora “El rincón de las ilusiones muertas”.

Recordando a mis maestros del “Santi”

Oscar Mario De la Cruz Núñez
En la década del sesenta integré la promoción “José Carlos Mariátegui” del 5to “B”, sección de Letras. Recuerdo los nombres de mis maestros como si el tiempo no hubiera transcurrido. Permanecí cinco años en mi querido “Santa Isabel”, gritando a todo pulmón en aquellos hermosos años que siempre la “S”, siempre la “I”. Una época de oro de la gloriosa Gran Unidad Escolar de aquel entonces.
En Fiestas Patrias y en el aniversario del “cole” desfilábamos a lo largo de la calle Real, al son de la banda de músicos, bajo la conducción del inolvidable “Cholo” Hermosa, con nuestro uniforme comando de color caqui, cosechando aplausos.
Cómo no recordar a mis ilustres maestros, forjadores de mentes. Ahí estaba el Dr. Zegarra, director del colegio, frente al alumnado, mañana y tarde, durante la formación en el patio de honor. Luego de su retorno en 1963 nos dio el abrazo a toda la promo, por nuestra lucha estudiantil contra una injusta reasignación a otro plantel.
Se escucha todavía la voz de mando del teniente Santibáñez. Por aquel entonces integré el batallón de “Shushupis”. Los brigadieres de sección y los cadetes que conformaban la promoción colaboraban eficientemente en la disciplina.
Luego de su retorno en 1963 nos dio el abrazo a
toda la promo, por nuestra lucha estudiantil
contra una injusta reasignación a otro plantel.

Empeñosos, los auxiliares de educación indicaban con la mano la correcta formación. El “Churcho” Cabanillas, el “Ratón” Pérez, o el soldado “Cashi” Casimiro, quien poco después reingresó al ejército como teniente de Caballería. Una mañana se despidió, para nuestra sorpresa, dirigiendo la formación general con su impecable uniforme de oficial.
Quedan aún en mi mente las sabias enseñanzas de mis profesores como el “Eléctrico” Barreto de Matemáticas, que llenaba de canto a canto la pizarra con ecuaciones; el “Chato” Zárate, también de este curso; el “Tuco” Castellares, impecablemente trajeado, cuadriculando la pizarra con sus cuadros sinópticos de Historia; o Arauco y Scarsi de Sicología y Filosofía respectivamente, explicándonos del qué de la vida uno, y de su origen el otro.
El “Gringo” Plúmer de Inglés, con su asequible metodología; o el pequeño “Lucero”, recomendándonos que aprendamos mejor este idioma. El “Mambo” Pérez, “Shoco” Rojas o Santos de Ciencias Naturales; Ortiz y Gamboa y otros más de Lengua y Literatura, inculcándonos a hablar con propiedad y a andar con nuestro diccionario en el bolsillo. El profe “Pepito” de Artes, con su singular recomendación: no comprar betún, sino fabricarlo. Nonato Osorio y el “Zambo” Rojas de Educación Física, que forjaban atletas de diversas disciplinas.
A todos ellos y otros más, de quienes tuve la oportunidad de recibir sus enseñanzas, gracias mil, por haber despertado mi vocación por la sacrificada y delicada tarea de la docencia.


sábado, 20 de noviembre de 2010

Agenda semanal

Exposición
"La Danza de la Huaconada"
Abierto hasta el viernes 9 de diciembre
Lugar: Museo de Sitio Wariwillka, Huari - distrito de Huancán

Conversatorio
Balance electoral: Nuevo panorama regional
Martes 23. Hora: 7 p.m.
Centro cultural Continental. Real 125, Huancayo.
Ingreso libre

Presentaciones de libros

Poemario "Reminiscencia"
Ángel Lagos. Comentan: Arturo Concepción y Ernesto Ramos Berrospi
Viernes 26 de noviembre
Casa de la Cultura Héroes de Azapampa. Real No 100 Chilca
Ingreso libre

Visión ecológica de la Región Junín
Pbro, Jaime Quispe Palomino
Comentan: Pedro Barreto, arzobispo de Huancayo; María Dianderas, directora del INC-Junín; y representantes de Bisagra Editores
Viernes 26. Hora: 5 p.m.
Arzobispado de la ciudad de Huancayo


Cine

Dead Ringers
Ciclo: David Cronenberg
Foristas: Jorge Jaime y Roberto Loayza
Lunes 22. Hora: 7pm.
Centro cultural Continental. Real 125, Huancayo.
Ingreso libre

Cine foro sobre migración laboral
Martes 23: Bread and Roses
Miércoles 24: Crossing Over
Hora: 5:00 pm
Organiza ICPNA Región Centro, ISCOD, CUT
Auditorio del ICPNA Región Centro
Ingreso libre

Los chicos del coro
Viernes 26. Hora: 6 p.m.
Auditorio de la Dirección Regional de Cultura Junín
Jr. San Fernando 181, San Carlos – Huancayo
Organiza: Dirección Regional de Cultura Junín del Ministerio de Cultura
Ingreso libre

martes, 16 de noviembre de 2010

Solo 4 del 13 de noviembre de 2010

Sebastián Rodríguez hasta diciembre

Huancayo continúa siendo la sede de la muestra fotográfica más importante del Perú, con la exhibición de más de 60 placas del extraordinario fotógrafo huancaíno Sebastián Rodríguez, que a partir de marzo del próximo año estará en el Museo de la Nación y, más adelante, en Estados Unidos y Europa. Por el explicable éxito de esta exposición, el colectivo Ojos Propios, propulsor de la muestra junto con el Colegio de Relacionistas Públicos de Junín, ha decidido alargar la temporada de muestra hasta diciembre en la Casa de la Juventud y la Cultura de Huancayo. El agradecimiento a instituciones como el colegio Zárate, la Escuela Profesional de Ciencias y Tecnologías de la Comunicación de la Universidad Continental, el Museo de Antropología de la UNCP y, sobre todo, a la empresa minera Volcan es obligatorio, puesto que sin su decidido apoyo hubiera sido imposible lograr esta quijotesca misión destinada a recuperar la memoria de nuestro más insigne fotógrafo.



La cita de la semana:

La divina Providencia nos ha regalado a los judíos, utilicémoslos y recemos para que siempre haya alguno al que temer y odiar.

El cementerio de Praga, última novela de Umberto Eco, acusada de antisemitismo.

La esperanza de Zoelia y Gronelio

Temporada teatral del Grupo Expresión

José Soriano Marín

Pocos conocen la trascendencia de la obra de María Teresa Zúñiga Norero (Huancayo, 1962), dramaturga iniciada en la poesía quien, junto a Jorge Miranda Silva, fundó el grupo de teatro Expresión en 1986, dando más de un lauro internacional a nuestro país. Veinticuatro años después, se viene realizando en Huancayo una muestra de su trabajo en una temporada que irá hasta el 11 de diciembre, y que es una estupenda oportunidad para conocer su mundo de personajes cómicos, tristes, filosóficos, temperamentales, románticos y absurdos.


Es el año 2015. Una pareja vive en uno de los rincones de una gran ciudad. Ellos son muy pobres y han construido su vivienda con los desperdicios que deja el avance de la modernidad y la indiferencia de los hombres. Su habitación es muy triste, y por las noches se alumbra apenas por una luz que llega desde la casa vecina. Zoelia y Gronelio la habitan en medio de explosiones nucleares que soporta el mundo de la época. Zoelia se encarga de los quehaceres del hogar (pinta el televisor, ordena los libros de la Z a la A, habla con la vecina); mientras Gronelio busca trabajo desde hace 13 años. El diálogo entre la mujer y su marido es el hilo conductor de la historia que ironiza con la pobreza y la miseria humanas, que se burla del amor cursi y de la necesidad de ser feliz en un espacio de infelicidad.
Hay en la obra de María Teresa Zúñiga muchas intenciones: los efectos devastadores de la modernidad hacen que la pareja sea aún más unida, en lugar de optar por la separación. Tal unión se expresa en uno de los últimos parlamentos: “Zoelia y Gronelio, Lucía y Lucio, juntos con sus cuerpos amarillentos, sus manos de tierra, sus pecados y sus noches de luna, juntos para descubrir y conquistar la felicidad”. El amor imperecedero en toda su plenitud. La sociedad moderna preocupada por el avance, la tecnología y el poder.
Zoelia y Gronelio es una historia que desviste al hombre. Se expresan sus miedos y carencias. El aislamiento se muestra soberbio, al igual que en otras historias de su autora (“Mades Medus”, “Atrapados”, “Las tinieblas del emperador”). Podría decirse que el absurdo de los diálogos y los actos no es gratuito ni casual. Es el resultado de las extremas consecuencias de la modernización que cunden en la pareja que, a pesar de todo, mantienen la esperanza. Además están presentes la interpretación de algunos personajes de “Los miserables” de Víctor Hugo, como Cosette, la niña pobre o la señora Thenardier, bien reflejadas por los actores.
Conocí a María Teresa Zúñiga en 2004, poco después de ver por primera vez “Atrapados”. No dudé un segundo en participar en los talleres vacacionales que ofrecía. Descubrí a una extraordinaria mujer, sensible, maternal, encantadora. Su calidad profesional es equiparable a su calidez humana, que muchos reconocen y admiran con respeto y cariño. La carga poética de sus diálogos, el dramatismo y la repentina ironía de sus personajes hacen de “Zoelia y Gronelio” una obra imprescindible, y una de las más representativas a nivel nacional, como comenta la crítica especializada.
Desde aquí, un pequeño reconocimiento, María Teresa, por tu inmensa humanidad que tanto queremos. Y gracias por todo lo aprendido.

Más datos
Las entradas se pueden adquirir en la galería-café Imaginarte y en el mismo teatro del colegio Andino minutos antes de las funciones que inician a las 7 de la noche.
13 y 27 de noviembre: “Tinieblas del Emperador”
04 y 11 de diciembre: “Atrapados”



El buen salvaje: El Tambo, historia y reliquia

Sandro Bossio Suárez

Las posadas han sido utilizadas universalmente como lugares oferentes de alojamiento temporal a los viajeros. En los Andes peruanos estos lugares se llamaban “tambos”. En un territorio tan complejo en donde la hostilidad del desierto o la soledad de las montañas andinas hacían del viajero un ser indefenso, divisar desde lo alto, en la lejanía, el esperanzador tambo que lo esperaba era como alcanzar un oasis.
Los “tambos” sirvieron principalmente a los viajeros a lo largo del Capac Ñan, que es el nombre original del gran camino imperial que unía, a través de una eficientísima red de caminos, el Cusco con Quito. El cronista Pedro Cieza de León, quien durante la conquista recorrió gran parte del territorio inca gracias al Capac Ñan, escribe en sus Crónicas del Perú: “Una de las cosas de que yo más admiré contemplando y notando las cosas deste reyno fue pensar cómo y de que manera se pudieron hazer caminos tan grandes y soverbios como por él vemos y qué fuerzas de hombres bastaron para poder hazer y con que herramientas y estrumentos pudieron allanar los montes y quebrantar las peñas para hazerlos tan anchos y buenos como están. Todo eso igual que los tambos, que son posadas bien llenas de granos y carne seca para los mensajeros que en ellos pernoctan”.
«Los Incas lograron hacer del tambo
toda una institución, distribuida
estratégicamente a lo largo del Capac Ñan».
Así, los Incas lograron hacer del tambo toda una institución, distribuida estratégicamente a lo largo del Capac Ñan, instalando estructuras con habitaciones para los huéspedes, depósitos climatizados para los productos y corrales para el aposento de sus caravanas de llamas cargueras. Estos lugares brindaban todos los servicios de comida, cobija, leña, agua. Como eran lugares públicos servían, además, para la planificación general de la distribución de los recursos a la población en tiempos de sequía y guerra. La historia dice que en ese lugar se aprovisionaban de alimentos y vituallas los "chasquis" o mensajeros, el ejército y los caminantes.
Cuando los españoles invadieron el territorio entre 1532 y 1533 (algunos sostienen que mucho antes incluso), se impresionaron de los grandes tambos.
En Huancayo había tres según descripción de los cronistas: uno a la vera derecha del río Shullcas; otro en los pagos de Gualahoyo; y otro en San Jerónimo de Tunán. De estos tres, el más grande era el que se encontraba a la salida de Huancayo, es decir, el de este distrito, que siempre cautivó por su feracidad a los visitantes. Fueron sobre todo Guaman Poma de Ayala y Antonio Raymondi quienes se asomaron al asombro viendo tan grande y rica construcción.
Se cree que luego de que la Nación Wanka fuera sometida por el conquistador Cápac Yupanqui, entre los años 1409 y 1411, su padre, el Inca Pachacutec, dispuso que se construyera este "Tambo" para el descanso de la comitiva imperial y relevo de los mensajeros cusqueños.
Con el advenimiento de los españoles, la pintoresca arquitectura de este Tambo no fue destruida, sino que fue enriqueciéndose para seguir sirviendo a la sociedad. Cuando llegaron los conquistadores hispanos, encontraron una construcción casi precaria de habitaciones adosadas en torno a grandes patios donde se descargaban los animales y se guardaban las mercaderías. Con el tiempo esta construcción fue consolidándose con pequeñas habitaciones más seguras, hechas de piedras y barro, con puertas, postigos y ventanas al estilo europeo. Su presencia arraigó el nombre de Tambo no solo para el barrio, sino además para todos los alrededores. Esta construcción despareció, al parecer, durante el terremoto de 1742, pues no ha quedado evidencia de ella.
Sin la presencia física de la hospedería, a principios del siglo XX, ya existía el barrio de El Tambo, y el censo de 1940 registró 89 familias y 428 habitantes. El 5 de setiembre de 1942, un grupo de vecinos notables se reunieron para constituir un subcomité de urbanismo con la finalidad de velar por los intereses comunes. El 8 de noviembre de ese mismo año se constituyó con carácter definitivo el Comité Pro-Distrito y Urbanismo, logrando su objetivo el 13 de noviembre de 1943 —es decir hace 65 años— mediante Ley Nº 9847, promulgada por el Presidente de la República don Manuel Prado Ugarteche.