sábado, 24 de julio de 2010

Especial Carlos Monsiváis (1)

(Edición 319 del 26 de junio de 2010)


Desde México, en exclusiva para “Solo 4”:

Carlos Monsiváis, cronista de la vida mexicana

Tomás Hidalgo Nava

Monsi es del pueblo; Monsi es de la gente. Así fue en vida, cuando el escritor mexicano Carlos Monsiváis (1938-2010) caminaba por la calle San Simón, o por el rumbo del Centro Histórico de la Ciudad de México, en donde todos, absolutamente todos, lo reconocían, lo saludaban y le pedían detenerse para tomarse una foto con él.
Pero también así fue en su muerte, acaecida el sábado 19 de junio, a las 13:48 horas, en el Instituto Nacional de Nutrición de la capital mexicana, al cual ingresó desde el pasado 2 de abril a causa de una fibrosis pulmonar. Cientos, miles se congregaron el día de su fallecimiento en el Museo de la Ciudad de México, a donde acudieron desde intelectuales y políticos hasta la gente común, sus lectores —e incluso los que nunca lo leyeron pero sabían de él, de su amor por la ciudad, de su compromiso con las minorías y las causas populares— para rendirle honores ante su féretro.
Todos, todos estaban ahí, como sucedió también el domingo 20, cuando después de negociar con la familiar de Monsi —como sus amigos le llamaban—, el gobierno federal pudo ofrecerle un homenaje de cuerpo presente al autor de libros como Amor perdido y Días de guardar en el Palacio de Bellas Artes, el recinto cultural más importante de México. Sólo un hombre como él, a quien el Premio Nobel Octavio Paz consideraba “un nuevo género literario” en sí mismo, pudo reunir en un solo lugar a personajes tan opuestos como el ex candidato presidencial de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador y el secretario de Educación Pública Federal, Alonso Lujambio; el historiador Enrique Krauze, con quien tuvo marcadas diferencias ideológicas, y la escritora Elena Poniatowska, su querida Elenita, con la que compartió años de tinta y amistad, de luchas y foros comunes.
“Se ve, se siente, Monsi está presente”, gritaron varios de los asistentes levantando el brazo izquierdo como si estuvieran en alguna manifestación sindical en el Zócalo, como las muchas a las que el propio Monsiváis acudió en vida y como las muchas a las que seguramente asistirá tras su muerte por medio de sus frases ingeniosas y su recuerdo, como el Cid de la palabra.
Todos querían que Monsi fuera suyo y no permitirían que el gobierno federal ni la derecha se lo apropiaran. Algunos, como la escritora Laura Esquivel, se atrevieron a gritar: “Fuera Lujambio”, mientras que la actriz Jesusa Rodríguez, gran amiga de Carlos y defensora del movimiento que buscó llevar a López Obrador a la presidencia de la República, se aproximó al secretario de Educación para decirle: “¡Qué poca vergüenza! ¿Qué está haciendo usted aquí? Haga favor de retirarse”. Pero no se fue y continuó aguantando que lo increparan en varias ocasiones.
“¿Qué vamos a hacer sin ti, Monsi?”, preguntaba Elena Poniatowska en su discurso. “Tú eres el enfrentamiento más lúcido al autoritarismo presidencial, el enfrentamiento más lúcido a las actitudes absurdas cuando no corruptas de las dos cámaras [de senadores y diputados], el enfrentamiento más lúcido a los abusos del poder, la denuncia más ingeniosa y persuasiva de las actitudes y del lenguaje de los políticos”, continuó la autora de La noche de Tlatelolco.
Y después vino el mariachi cantando “Amor perdido” para decirle adiós a Monsi, quien minutos más tarde se perdió dentro de su féretro en un océano de gente que lo llevó en hombros por la plancha del Palacio de Bellas Artes, para después dar su último paseo por el Centro Histórico de esta ciudad a la que supo describir, seducir y querer como nadie. ¿Qué va a hacer México sin ti, Monsi? Sin ti, no podremos entendernos.

Foto: Coordinación Nacional de Literatura de México.

MÁS DATOS:

Tomás Hidalgo Nava (Ciudad de México, 1970) es periodista. Trabajó en el diario Reforma y en Radio Unam. Ganó el Premio Casa de América Latina, otorgado por Radio Francia Internacional, por su cuento "El niño perdido". Tiene una maestría en Literatura Comparada por la Brigham Young University. Actualmente trabaja en la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes en México.

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