sábado, 24 de julio de 2010

Fútbol (9): El partido final

(Edición especial Nº 320 del 03 de julio de 2010)


Cuando el fútbol traspasa las canchas:
El partido final

Juan Carlos Suárez Revollar

Sólo él sabía que era su último partido. La consigna era clara: debía jugar, acaso dar espectáculo, pero se le había prohibido, a él, al mejor centro delantero del mundo, marcar un gol.
No era demasiado alto, y de su rostro triangular y alargado destacaba su frente cada vez más amplia y sus ojos transparentes. Era muy delgado, como de papel: el hombre de papel, lo llamaban, pues se movía en la cancha y eludía a los defensas como, en efecto, un trozo de papel movido por el viento.
Su nombre era Matthias Sindelar y era judío. Entonces los nazis ya habían anexado Austria, y querían también absorber a la “Wunderteam”, el maravilloso equipo, como se llamaba a la selección austriaca, para formar un nuevo equipo que les diese la victoria en el mundial de Francia 1938. Pero Sindelar había visto destituidos de sus puestos a muchos amigos suyos del “Austria Vienna” para ser reemplazados por sendos directivos alemanes: no le gustaban los nazis.
Durante el proceso el Ministerio de Deportes del Reich organizó un encuentro amistoso entre las selecciones de Alemania y Austria, que sería el último partido de éste como país: su despedida antes de disolverse, y el capitán, por cierto, fue Sindelar.
La diferencia de ambos equipos era clara. Mientras el desempeño de Alemania era mediocre, el de Austria era más que sobresaliente, y el de Sindelar, impresionante. Todo el primer tiempo Sindelar burlaba a los defensas y, listo para marcar el gol, se daba vuelta meneando la cabeza. Pero en el segundo tiempo, acorde con sus planes, anotó un gol. Corrió hacia el palco de honor y, deteniéndose ante los funcionarios alemanes, danzó. Danzó en tanto los alemanes lo miraban, danzó ante la cólera contenida de éstos, que no se lo perdonarían. El partido terminó 2 a 0 a favor de Austria.
Poco después Sindelar pasó a la clandestinidad, y al año siguiente fue encontrado muerto en su departamento junto a su novia. La causa de la muerte se tipificó como envenenamiento accidental por el gas de la estufa, aunque no se descarta ni el suicidio ni el asesinato. A su funeral asistieron más de 15 mil personas que vieron en él un símbolo de la resistencia austriaca.

MÁS DATOS:
Matthias Sindelar (1903-1939) ha sido considerado recientemente como el mayor futbolista austriaco de la historia. Además del apodo de “hombre de papel”, por su delgadez, se le llama “Mozart del fútbol” por su distinción y habilidad en el juego.
La revancha del partido que le costó la condena nazi fue ganada por 9 a 1 a favor de Alemania.

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